Histórico
19 julio 2009José Mendoza

El mal de ojo de Ustari

ustari

Llegaba a Getafe como el futuro portero de la selección argentina. Con unas expectativas enormes puestas sobre su espalda, el fichaje más caro de la historia del club azulón se ha diluido en sus dos primeras temporadas. Cual fenómeno extraño más propio de Íker Jiménez, se le han ido sucediendo inconvenientes poco comunes, como si tuviera mal de ojo. Malas actuaciones, graves lesiones y resfriados inoportunos se han mezclado para provocar que Óscar Ustari aún no haya demostrado su potencial.

Ocho millones de euros pagó el, por entonces, club más modesto de la Primera División en hacerse con sus servicios. Una apuesta muy ambiciosa. Tras dos años destacando en Independiente y en las categorías inferiores de la selección argentina, con tan sólo 21 le llegó el momento de dar el salto.

Aterrizaba como suplente de Abbondanzieri, uno de sus ídolos, del que podía aprender durante su temporada de transición, para luego asaltar la titularidad esperando que el ‘Pato’ le dejara vía libre. Parecía un plan perfecto, pero muy pronto las cosas se iban a torcer. De hecho, desde entonces el Getafe se ha visto obligado a incorporar tres porteros más.

A Ustari le llegó el debut en la quinta jornada en Mestalla, ante poderosos delanteros como Villa, Joaquín, Silva o Morientes. Comenzó con un paradón a una media chilena del ‘Guaje’, pero falló en los dos goles encajados. Se tragó un centro de Morientes que dejó en bandeja a Silva y, posteriormente, salió a la desesperada facilitando la vaselina de Villa. Así, unos meses después de su fichaje, Ángel Torres ya quería buscarle destino.

Esa campaña, con Laudrup en el banquillo, le llegarían más oportunidades de las que merecía gracias a la mano izquierda del danés y a que el Getafe llegó lejos en Copa del Rey y Copa de la Uefa.  Pero los fallos, tanto de Abbondanzieri (recordar el cruce con el Bayern) como del propio Ustari, se sucedían, si bien el ‘Pato’ contaba con mayor continuidad debido a su veteranía. En la final de la Copa del Rey, Michael Laudrup volvió a dar la confianza a Ustari, que falló a diez del final en el tercero del Valencia, dejando un disparo lejano en bandeja para que Morientes cabeceara a la red.

Tras una primera temporada para olvidar, el Getafe siguió confiando en Osky, que volvía a partir de suplente de Abbondanzieri. Pese a que seguía sin disipar las dudas en el conjunto azulón, en Argentina no dejaban de confiar en él, convirtiéndose en el guardameta titular de la selección sub’23 durante los Juegos Olímpicos de Pekín. Allí jugó tres partidos de forma convincente en los que sólo encajó un gol. Sin embargo, en el choque de cuartos ante Holanda, su rodilla se bloqueó en una acción sin peligro, rompiéndose los ligamentos y sufriendo una baja de ocho meses.

El Getafe incorporó a Jacobo y, tras la salida de Abbondanzieri en enero, a Stojkovic. Más competencia para Ustari. El argentino volvería a jugar en el mes de abril, otra vez en Mestalla. Fue la última media hora tras la expulsión de Jacobo, pero las siguientes jornadas Stojkovic le ganó la partida. Entonces Víctor Muñoz fue destituido y apareció Míchel para, cual Laudrup, volver a darle confianza. En su debut en Mallorca, Stojkovic falló gravemente en los dos goles y Ustari fue titular las últimas y decisivas cuatro jornadas ligueras. El argentino aguantó el pulso y sólo encajó dos goles en los que no tuvo culpa.

Tras su buen final de temporada, parecía que su salto a la titularidad indiscutible de cara al nuevo año iba a ser fácil, pues el Getafe se deshizo de Stojkovic y Jacobo, y confió en un novato como Codina (aunque llegue avalado por la fábrica de porteros de Valdebebas) para hacerle competencia. Pero las alarmas saltaron hace unos días cuando se informaba que podía estar infectado por la temida gripe A, retrasándose su incorporación a la pretemporada y dando ventaja a Codina. El guardameta pronto desmintió los rumores y aclaró que era sólo un resfriado. Ahora, encara la nueva temporada con la ilusión de demostrar que vale ocho millones de euros. Su juventud le da aún plazo para que así sea. Ojalá tenga suerte, que ya le toca.

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