Histórico
16 julio 2009José Mendoza

Demasiadas puertas abiertas

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Ha pasado ya un mes y medio desde que acabara la mejor temporada en la historia del Barcelona y no hay noticias de la nueva plantilla. Tan sólo se ha anunciado la baja de Sylvinho, una pieza secundaria. Al acabar la temporada, los objetivos parecían muy claros. Las necesidades de la plantilla marcaban con negrita el extremo zurdo. Nada más y nada menos. Pero la baja esperada de Sylvinho y el caso aparte de Eto’o ha provocado que los culés se hayan desviado de sus pretensiones iniciales hacia el fichaje de un delantero y un lateral zurdo.

Las operaciones se están retrasando demasiado y el club ha reiterado en varias ocasiones que no tiene prisa. Una paciencia que debería tener un límite, pues el Barcelona, como tricampeón, jugará muy pronto por dos títulos, las dos supercopas. Y nunca es bueno cerrar la plantilla a última hora.

Filipe Luis parecía la opción más cercana, pero Lendoiro es otro que no tiene prisa y es capaz de esperar al último minuto del plazo.  El lateral del Deportivo apuntalaría al equipo como refuerzo secundario. Llegaría para competir con el experto Abidal, a aportar la influencia en ataque que le falta al francés. Sin embargo, pese a los nombres uqe han ido apareciendo, el elegido (improvisadamente), ha sido el brasileño Maxwell, que se ha pasado el último año en el banquillo del Inter y que no contaba para Mourinho por lo que, tras sondear varios destinos, se ha decantado por un Barcelona que le mantiene la ficha (su única preocupación). La operación de David Villa parece algo más lejos de concretarse. Desde hace varias semanas se publica que el Valencia pide unos 50 millones y el Barcelona ofrece unos 40 más cesiones. Y de ahí nadie tiene ganas de moverse.

Pero la opción de Villa está directamente relacionada con el caso Eto’o. El camerunés ha vivido otro verano agitado con su renovación. Los posibles destinos se agotan y al final parece que se acabará quedando. Su rendimiento está fuera de toda duda, pero su permanencia en la Ciudad Condal abriría el debate de si conviene incorporar a Villa. Laporta ya ha dicho que una cosa no depende de la otra, pero la convicencia de dos cracks que juegan en la mismo posición no promete nada bueno. Supondría, además, un gasto de dinero innecesario.

Y es que las urgencias del Barcelona están en otro sitio. Todo lo demás supondría un cambio de cromos. Una renovación siempre neesaria en una plantilla. Es en el extremo izquierdo donde el Barcelona debería centrar todos sus esfuerzos. Allí se ha acostado Henry con una efectividad inesperada. Pero lo lógico es que el francés, a sus 32 años, y tras vivir la mejor temporada de su carrera, disminuya su rendimiento. Es por ello que la prioridad de Guardiola es reforzar esa posición.

Para ello han sonado con insistencia los nombres de Ribéry, Mata y Silva. El galo es el primer nombre de la lista, pero el interés del Real Madrid y las exigencias del Bayern de Múnich han frenado una posible operación. Mientras, los dos jugadores del Valencia suenan en los medios pero no termina de concretarse ese interés entre los clubes. Otra alternativa es la de incorporar un mediocentro para desplazar a Iniesta a la banda izquierda. El nombre que más ha sonado es el de Cesc, pero no parece que el Barça se haya planteado seriamente esa posibilidad. También se ha citado a Mascherano, una opción que no encaja pues su perfil ya está cubierto con Touré, Keita y Busquets.

A 16 de julio, el Barcelona aún tiene sobre la mesa demasiadas incógnitas y dentro de cuatro días los jugadores vuelven al trabajo. Por si éstas cuestiones fueran pocas, aún hay más problemas que resolver, como la situación de Martín Cáceres, Gudjohnssen, Henrique, Hleb y de canteranos como Pedro o Víctor Sánchez. Hace tres temporadas el Barcelona hizo doblete. Ese verano se reforzó con Zambrotta, Thuram y Gudjohnssen, nombres secundarios. A día de hoy, el Barcelona parece no haber aprendido de aquel error pues toda plantilla, por muy buena que sea, necesita una renovación. Y por el momento los dirigentes están tardando demasiado. No se lo deberían tomar con tanta calma.

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