Histórico
14 mayo 2009Francisco Ortí

Vuelva usted mañana

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Mariano José de Larra se suicidó pegándose un tiro en los sesos por desamor, pero mientras tuvo la cabeza en su sitio fue uno de los periodístas más sagaces que hemos tenido en España. Le bastó una sola frase para describir a todo el país. Con su famoso “vuelva usted mañana”, puso en evidencia a una sociedad entregada a la chapuza y a ocultar un error con otro mayor. Larra escribió ese artículo a comienzos del siglo XIX, pero tendría vigencia en la actualidad y más después de descubrir la ética con la que se trabaja en TVE cuando sucede algo que no les termina de gustar.

Creo que todo el mundo está al tanto de los hechos a los que me refiero, pero los repasaré brevemente para los más despistados. El Athletic de Bilbao y el Barcelona, dos equipos que precisamente no destacan por profesar un profundo orgullo español, se enfrentaban en la final de la Copa del Rey. Es tradición que antes de la final copera suene el himno nacional, y se temía -con razón- que no fuera respetado por alguna de las aficiones. Así que, para evitar problemas, a TVE se le olvidó conectar con Mestalla en el momento en el que el himno español sonaba. Una actitud lamentable por parte de la televisión pública. Hasta cierto punto podría resultar comprensible de no ser porque la chapucera jugada todavía no había terminado.

Para disimular ese error, la cadena estatal emitió las imágenes del himno en el descanso, aunque estas no encajaban del todo con la realidad. Según lo ofrecido en TVE el himno se recibió con normalidad, y la realización alternaba imágenes de los jugadores con la de un seguidor del Athletic con la mano en el corazón y escuchando con vehemencia la canción. Una versión edulcorada respecto a la que se vivió in situ desde las gradas de Mestalla. En directo los pitos llegaron incluso a enmudecer el himno y la policía estuvo trabajando para retirar pancartas con mensajes nacionalistas.

Así que, TVE tuvo la magnífica idea de disimular su censura inicial con manipulación. La cadena pública debería ser el paradigma del buen periodismo y objetividad informativa y en cambio se saltó a la torera cualquier norma deontológica. Afortunadamente para ellos, el periodismo está acostumbrado a lo más chabacano en los últimos tiempos y gracias a ello la ausencia total de ética demostrada de nuevo por TVE caerá en el más absoluto olvido. Julián Reyes, director de Deportes del ente público ha sido quien ha pagado los platos rotos y aquí no ha pasado nada.

Hechos como estos claman que se cree de una vez un colegio de periodistas a nivel nacional -el que existe en Cataluña sería el mejor punto de partida-, que pueda castigar los delitos deontológicos y defienda un periodismo de calidad. ¿Si TVE funciona así, que se puede esperar de los demás?

Por otro lado, también merecen un toque de atención los que mezclan la fiesta del fútbol con la política. Con el acto de pitar los acordes nacionales echaron por tierra todo su buen comportamiento durante el encuentro. Uno es libre para tener sus ideales y defenderlos a capa y espada, pero para ello no es necesario atacar a los de los demás y menos en un escenario inflamable como un estadio de fútbol. Antes que nada hay que saber respetar o, de lo contrario, vuelva usted mañana.

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