Histórico
28 abril 2009José Mendoza

Según el guión de Hiddink

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Hiddink tenía la clara consigna de no salir herido del Camp Nou y acabó saliendo reforzado. El Chelsea supo dar en la tecla adecuada para borrar del mapa el partido de ida y dejarlo todo por decidir en Stamford Bridge. Un conservador planteamiento, anular a los delanteros, pausar el juego siempre que surja ocasión y rezar para que apareciera la poca puntería culé era el guión inglés. Y así salió.

Pese a que el resultado no pueda ser considerado una clara ventaja blue, los síntomas de agotamiento del Barça, las ausencias de Márquez y Puyol y el clásico del sábado sí que se convierten en argumentos de peso que pueden decantar la balanza.

El Chelsea, con cinco medios y Essien empequeñecido en el interior diestro, se puso la coraza. Se resguardó con el objetivo de reducir las apariciones del Barça dentro del área y limitando las apariciones de sus extremos. Hiddink dejó como misión imposible anular a Xavi e Iniesta, por lo que se empeñó en que Henry y Messi -desaparecido el argentino- gozaran de pocas opciones claras.

Tras empezar tanteando a su rival, el Barça fue poco a poco conectando y provocando que el Chelsea fuera encogiéndose cada vez más. Los ‘blues’ ni siquiera intentaban  combinar para evitar la presión culé, se quitaban el balón de encima esperando a que Drogba pescara alguna, pero Piqué y Márquez siempre le ganaban por alto.

El marfileño cazó un error de Márquez, pero se topó con Valdés, que se estiró para reivindicarse. Sus partidarios siempre argumentarán esta acción, al igual que aquella de París ante el propio Henry. La otra arma de Hiddink era robar balones en el medio con un centro del campo muy poblado, pero eso apenas se produjo. Sin casi ocasiones para el bando local, pese al insultante dominio, se  llegó al descanso.

La reanudación no pudo ser más accidentada. En cinco minutos, Henry se quedó K.O. tras un choque con Ivanovic y Márquez se rompió el menisco. El Barça, otra vez, fue aumentando el ritmo progresivamente. Ante la ausencia del mexicano, Piqué tomó la responsabilidad de sacar el balón desde atrás. El central sacó un repertorio de pases largos en los que poco se había prodigado.

Iniesta y Xavi seguían teniendo el timón del partido y los extremos continuaban sin aparecer. El Chelsea, confiado, se fue estirando pero tampoco intimidaba a Valdés. Esas arrancadas sólo servían para que el Barça encontrara más huecos al contragolpe. Así, Eto’o, en una prodigiosa carrera, se plantó ante Cech pero no encontró la red.

El cansancio apareció al final en ambos equipos, pero el Barça supo rentabilizarlo mejor. Una combinación entre Eto’o y Henry y una contra de Iniesta dieron pie a las últimas ocasiones. Guardiola sorprendió dando entrada a Bojan y Hleb por Eto’o y Henry. En un partido de máxima importancia, poco protagonismo había concedido Pep al banquillo. Pero los dos repuesto tuvieron las dos últimas ocasiones en el tiempo de descuento. Los rezos del Chelsea surtieron efecto y el guión de Hiddink se cumplió a rajatabla.

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