Histórico
3 abril 2009Francisco Ortí

Newcastle: Shearer, el otro mesías contra la crisis

alan-shearer

No ha sido ni en Hollywood, ni en Cannes ni en Donosti. Esta vez la alfombra roja se ha desplegado sobre Londres para mostrar el camino a los nuevos artistas de la clase política mundial. Flashes, sonrisas y glamour rodean la visita del celebérrimo Barack Obama a Europa, quien, aunque no lo parezca, acude para reunirse con el G-20 con el cometido de encontrar soluciones a la crisis económica que sacude a más de medio mundo. Al juzgar por el comportamiento de los presentes, sólo Obama debe tener esa intención. Para el resto la crisis queda en segundo plano, lo realmente importante es lograr fotografiarse junto al presidente de Estados Unidos.

En el norte de Inglaterra, a unos cuantos kilómetros del epicentro del huracán Obama, concretamente en el condado de Tyne y Wear, otra crisis ha acaparado su ración de protagonismo al encontrar su propio mesías. La leyenda viva del fútbol inglés Alan Shearer ha sido contratado como nuevo entrenador del Newcastle United para encontrar el camino de la salvación en los ocho partidos que restan para que concluya la temporada en la Premier League.

Cuando el presente decepciona se acostumbra a buscar un pasado mejor que sirva como punto de partida para encontrar un futuro más optimista. En el mundo del fútbol esta práctica se ha llevado al extremo durante los últimos tiempos. No hay mejores ejemplos que observar los banquillos del Barcelona y la selección argentina para entenderlo. En St James Park son asiduos a tirar de viejas glorias cuando todo se vuelve negro. Lo hicieron con Kevin Keegan, y repiten con Alan Shearer. “Si él no puede arreglarlo nadie lo hará”, el discurso es el mismo que cuando el Newcastle recurrió a Keegan para escapar del descenso.

La situación actual es incluso peor que la que se encontró en su día Keegan. Faltan ocho jornadas para que acabe la temporada y las urracas se encuentran en puestos de descenso. Para luchar por el reto de la salvación, Shearer cuenta con el apoyo de otras viejas glorias y dispondrá de una plantilla con grandes nombres, pero a la que no le han conseguido sacar partido ni el propio Keegan ni Joe Kinnear, quien ha tenido que abandonar el banquillo de St James Park -de momento de manera temporal- por problemas de corazón.

La llegada de Alan Shearer supone una bocanada de aire fresco para la dolida afición del Newcastle. Big Al es la última gran leyenda magpie. Un ídolo y un ejemplo para toda la ciudad, y lo seguirá siendo pase lo que pase. Es lo bueno que tiene afrontar situaciones límite. Si no logra la salvación será el último al que se le echara la culpa, pero si, en cambio, obra el milagro su leyenda se verá multiplicada e incluso eclipsará el brillo de los dos balones de oro de Kevin Keegan.

Hace casi 39 años, en Gosforth, comenzó a escribirse la leyenda de Alan Shearer. Apoyado desde siempre por su padre para dedicarse al fútbol, Alan dio sus primeros pasos como centrocampista “para controlar más los partidos”, pero pronto se descubrió como un goleador nato. A los 17 años se sintió con la suficiente madurez para probar suerte en el fútbol de primer nivel y llamó a las puertas de West Bromwich Albion, Manchester City y Newcastle United, aunque siempre encontró una respuesta negativa a su ofrecimiento.

Fue el Southampton quien le abrió las puertas del fútbol profesional, y debutó ante el Chelsea, curiosamente el mismo rival que le espera en su estreno en los banquillos. Su buen trabajo con The Saints le valió para ser llamado por la Sub´21 inglesa, donde firmó unos números escandalosos. Nada menos que 30 goles en 11 partidos. Posteriormente, en 1992, debutó con la absoluta y Kenny Daglish le reclutó para su Blackburn Rovers a cambio de 3.6 millones de libras. Fue con los Rovers cuando Shearer comenzó a ganarse su hueco en la historia. Durante su primera temporada en Ewood Park anotó 31 goles, y en la segunda logró 34 para conducir a Blackburn al título de la Premier League, el único que figura en el palmarés de Shearer.

Tras una nueva temporada prolífica en goles con los Rovers y una notable actuación en la Eurocopa de 1996, Shearer se convirtió en la joya de la corona británica. Los grandes clubes, especialmente el Manchester United, peleaban por hacerse con sus servicios, pero Shearer sorprendió al renunciar a los millones y los títulos que le podía ofrecer desde Old Trafford y decidió regresar a su Newcastle natal. Las urracas se rascaron el bolsillo y pagaron 15 millones de libras -en aquella fecha el traspaso más caro de la historia- para recuperar al hijo pródigo. En St James Park no ganó títulos, pero encontró algo más valioso para él, que fue la gratitud eterna de su ciudad.

Tres años después de su retirada, Shearer regresa a Newcastle para agigantar su leyenda. Su fuerte carácter y su experiencia sobre los terrenos de juego deberían ser sus mejores aliados para lograr la salvación. El próximo sábado ante el Chelsea se empezará a comprobar si las urracas han encontrado la solución a la crisis. Que tome nota el G-20.

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche