Histórico
9 abril 2009José Mendoza

CF Extremadura: El cuento de hadas de un modesto

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La magia del fútbol no está en la cima. Arriba todo es más fácil. Hay más dinero y más recursos. Los que tienen verdadero mérito son los equipos pequeños, los que están alejados de los focos, los que tienen que superar innumerables obstáculos para conseguir su momento de gloria. Los que ascienden y descienden, triunfan y fracasan, ganan, pero sobre todo, pierden.

Por eso, cuando un equipo pequeño se codea con los grandes se gana la simpatía de todo aficionado al fútbol. Multitud de equipos han seguido este camino. Unos han pasado al siguiente nivel -véase Villarreal o Getafe-, otros han vuelto a sus orígenes -véase Logroñés o Compostela-.

El Extremadura siguió la segunda vía, la de los clubes olvidados. Al igual que sus dos compañeros de viaje, sin apenas currículum, de repente se plantó en Primera. Así, sin avisar. Pese a tener un historial en el que apenas brillaban unas pocas temporadas en Segunda A en más de 70 años ahí estaba, en la élite.

Seis años le bastó al Extremadura, entre el 90 y el 96, para escalar desde Tercera hasta Primera División, exactamente los mismos que el Compostela. Hazaña reservada para unos pocos. El Villarreal lo logró en ocho y otro caso parecido, pero en Alemania, el del Hoffenheim, también se dio en ocho años.

El ascenso a Primera se consiguió en una eliminatoria ante el Albacete, equipo al que superó el Extremadura por 1-0 en los dos encuentros. Josu Ortuondo era el entrenador, uno de los responsables de tal sangría de ascensos desde el 91 (con un paréntesis de un año).

En su estreno en Primera, en el once tipo del Extremadura hay jugadores que le sonarán a más de uno. Lo formaban Navarro Montoya en portería; José Cortés, Juanito Rodríguez, Óscar Montiel y Padilla en defensa; Pedro José, Ito, Pineda y Soler en el centro del campo, y Duré junto con el ‘Cuqui’ Silvani en punta. Otros como Amador, Basualdo, Gluscevic o Quique Estebaranz completaban la base.escudo-extremadura

La dupla atacante de argentino era lo más destacado. Fueron los grandes refuerzos del verano. Ambos cruzaron el charco esa temporada para desarrollar los mejores años de sus respectivas carreras en el fútbol español. El primero procedía de Ferro Carril Oeste, el otro había salido de River Plate pero fue incorporado tras un año en el Universidad de Chile. Sumaron 15 goles entre los dos. Quince goles que no bastaron.

Y es que el Extremadura completó una primera vuelta horrible. En las 19 primeras jornadas sólo había logrado una victoria y estuvo siempre como colista. Pero en la segunda vuelta reaccionó, se volvió intratable en su estadio y llegó a salir de puestos de descenso, pero un desastroso sprint final le llevó de vuelta a Segunda División.

Ortuondo se marchó y un tal Rafa Benítez tomó el mando. Pese a que muchos jugadores importantes abandonaron el barco, el actual técnico del Liverpool devolvió al equipo a Primera. En su segunda campaña se reforzó con jugadores como Gaspercic, David Belenguer, David Castedo, Raymond Kalla, Laurent Viaud, Toni Velamazán, Manuel Mosquera e Iván Gabrich.

El máximo goleador fue de nuevo Duré, con 6 goles, al igual que Toni Velamazán. El argentino, que será siempre identificado junto al Extremadura, aún aguanta en la cuarta división de su país, en el desconocido Deportivo Textil Mandiyú, con 39 años.

El equipo volvió a empezar mal, pero se fue recuperando para acabar la temporada en promoción de descenso. La eliminatoria fue contra el Rayo Vallecano. Fue uno de los primeros duelos en el banquillo entre Juande Ramos y Rafa Benítez. Ganó el Rayo con un balance de 4-0 en la eliminatoria. A partir de ahí, la debacle.

Al año siguiente el Extremadura estuvo toda la temporada en puestos de ascenso, pero se desinfló sumando un sólo punto en las últimas cinco jornadas y acabó octavo. Desde entonces, cada año ha dado un paso atrás. El fondo, por ahora, lo marca la Regional Preferente, donde el equipo sobrevive en mitad de tabla. El gran paso en falso se dio hace dos campañas, cuando descendió a Tercera y, por deudas económicas, acabó en la categoría que ocupa hoy.

Al igual que José María Caneda en el Compostela, el culpable de toda esta historia en el Extremadura es Pedro Nieto, responsable de los años gloriosos pero igualmente incapaz de administrar el éxito. Tras ese descalabro se fomentó la creación de un nuevo club. Al contrario que en otras ciudades con similar situación futbolística, el Extremadura UD ha sido relativamente bien recibido (1.700 espectadores en el último partido). Viste los mismos colores azulgranas, juega también en el Francisco de la Hera y lidera la clasificación de la Regional Preferente.

Extremadura, además de ser la comunidad olvidada de nuestro país, es la que suma menos temporadas en Primera Divisón. Entre CF Extremadura y el CP Mérida, los dos equipos con mejor palmarés, sólo han sumado cuatro años en la máxima categoría -dos cada uno-. Fueron en cuatro temporadas consecutivas entre el 95 y el 99. Extremadura y Mérida se alternaron en Primera. Mientras uno ascendía, el otro descendía. Nunca coincidieron. Una historia muy curiosa también la del Mérida, que se ha refundado y cambiado el nombre. Pero esto mejor lo dejamos para otro día.

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