Histórico
27 marzo 2009Jose David López

Cafú, Simon Clifford y el Garforh Town

clifford

El fútbol brasileño ha enamorado a millones de personas a lo largo de su historia. Mitos como Pelé, Garrincha, Zico o Ronaldo, han sido ejemplo del mejor fútbol que jamás se haya exhibido sobre un terreno de juego. Han cosechado títulos, levantado galardones y enloquecido a todo aquél que admira un estilo único que reúne las claves del espectáculo y la diversión del deporte. No es extraño que aún hoy se les vanaglorie como estrellas y tampoco lo es que surja un brasileño que despunta en cualquier rincón inhóspito con sus regates, arrancadas o sonrisas sobre el pasto. Esa filosofía enganchó corazones a raudales pero el más atrapado por esa red fantasiosa vive en Leeds, es docente de un colegio para benjamines y responde al nombre de Simon Cllifford.

Su pasión y debilidad por el fútbol de la canarinha le llevó a aprovechar su posición laboral (la de maestro), para crear una escuela que prepara a los chicos mediante técnicas derivadas de aquél estilo que lo fascinó desde su infancia. Sus primeros pasos los dio en Leeds, donde su academia se convirtió en la primera de una cadena que sigue creciendo con recintos por todo el mundo. Su método se basa en la mejora del trato con el balón en los pies, el control absoluto de la pelota en cualquier situación y un énfasis extra en la aptitud y preparación física.

Pero al bueno de Clifford no le llegó la inspiración por obra del espíritu santo, sino que más allá de sus conocimientos y cualidades personales sobre dicho estilo, preparó a conciencia su proyecto. En 1997, logrando una subvención del sindicato de profesores (por valor de 5000 libras), financió un viaje a la cuna de sus pasiones, viajando a Brasil para empaparse con profesionales sobre la forma de preparar a conciencia sus ideas. Charló con Zico, Rivelino o Juninho antes de regresar a Inglaterra y dar cabida a todas sus cábalas. Así nació su primera escuela en Leeds, donde no sólo se practica con el balón, sino que se completa con un plan de estudios definidos para cada joven jugador porque no olvidemos que Clifford es, ante todo, profesor.

Actualmente, tiene escuelas repartidas por Nigeria, Sudáfrica, Estados Unidos, Australia, Canadá, México y muchos países más, pero no contento con el éxito de sus ideas, creó en 2001 un proyecto pre-escolar llamado SOCATOTS, que enseña las habilidades con la pelota, movimientos y coordinación a niños de apenas… seis meses. Este programa, que enseña el idioma, cálculos y directrices básicas, también sumó elogios y ahora mismo se compone de bases en Brasil, Holanda, Canadá, Dubai y Singapur. Su prestigio le llevó incluso a coquetear con el cine pues fue el entrenador oficial de Keira Knightley y Parminder Nagra en la película “quiero ser como Beckham”.

Pero este reconocido amante de las aventuras futbolísticas no podía pasar desapercibido para el gran público y, por ello, el Southampton le propuso en 2004 ser el segundo entrenador. Aceptó, vivió su primera gran experiencia alejado de sus chicos y aunque no le fue demasiado bien, regresó con un anhelo tan grande que decidió adquirir su propio equipo, el modestísimo Garforth Town. Los Miners, un equipo del condado de West Yorkshire que milita nada menos que en la novena división del fútbol inglés, iban a ser la excusa perfecta para que Clifford practicara su amor por el fútbol y la docencia en primera persona. En un equipo que va camino de cumplir el medio siglo de existencia, las presiones son mínimas pero él, como siempre ambicioso, se propuso llevar a la Premier al equipo en un margen de 20 años. Lo primero que hizo fue eliminar la deuda de 100000 libras que mantenía en jaque al club y, lo siguiente, intentar llevar ‘samba’ al coqueto y arcaico Genix Healthcare (de sólo 3.000 asientos).

Aprovechando el éxito que tiene en Brasil su particular proyecto educativo, consiguió que estrellas de pasado se enfundaran la elástica de los Miners. El mítico Sócrates, Carlos Alberto o el ‘killer’ Careca, saben lo que es vestirse de corto con los colores del Garforth. El último en vincularse a esta fábula es Cafú. El mejor lateral derecho de la historia, abandonó el Milan el verano pasado cuando su contrato no fue renovado. Estuvo a punto de firmar por el Baruerí de su país, pero cuando Clifford le propuso unirse a su causa, no se lo pensó y, desde entonces, el jugador con más internacionalidades vestido de canarinho, sigue disfrutando con el fútbol en la novena división. Del glamour de San Siro ha pasado en unos meses al barro del Genix. Todo un ejemplo de profesionalidad y pasión por la pelota.

En los últimos doce años, Owen, Rooney, Walcott o Micah Richardshan trabajado con el señor Simon y su papel ha llamado la atención de los gigantes de la Premier. Por el camino ha rechazado una propuesta de uno de los posibles candidatos a la compra del Newcastle (le ofrecían ser el director académico), una petición a cargo de David Bentley (jugador del Tottenham) para que lo entrenara bajo sus métodos e incluso un puesto de técnico en el Cardiff City.

Y todo, porque ahora ya tiene lo que jamás soñó. Un millón de niños de todo el planeta se preparan a conciencia con su programa en las diferentes academias mientras él, disfruta con su Garforth rumbo a la Premier. El Pelé blanco que todos esperamos viene de camino con un sello distintivo. El sello de Simon Clifford .

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