Histórico
24 febrero 2009Jose David López

Una botella de vino portugués

mourinho-ferguson

Uno se jacta de ser el técnico más valorado de la última década y el otro representa el alto linaje del fútbol británico. Uno  es el prototipo de aires renovados, de proyectos en torno a su figura y de vestuarios complicados. El otro mantiene intacta la figura de adalid en tierra de nobles, de aquella deidad perenne en el tiempo y punto de referencia en el crecimiento de la institución que domina el fútbol europeo. Pese a estas extremas desigualdades entre ambos, los dos tienen un mal común, el micrófono en mano y su facilidad para transmitir mensajes ávidos de controversia. José Mourinho y Alex Ferguson vuelven a verse las caras con la excusa del Inter-Manchester United de este martes.

El luso y el escocés, enemigos íntimos del césped y las salas de prensa, vuelven a cruzar destinos desde que el primero fuera cesado en su aventura con el Chelsea. Desde entonces, ambos han seguido su recorrido inalterable, eficaz en resultados aunque desigual en sensaciones, lo que genera un sinfín de opciones a una eliminatoria propia de toda una final y que refleja el caché y la categoría de la competición que encumbró hace ahora cinco años a Mourinho y que privó a Ferguson de su segundo entorchado.

Y es que pese a las discusiones y peleas de ‘gallos’ que ambos protagonizaron en la Premier, todo nació en una noche europea de Old Trafford, donde los dragones del Oporto, dirigidos por Mou, dieron la auténtica campanada al dejar fuera a los ‘Red Devils’. Una falta, un fallo de Howard en el bloqueo y el posterior ‘regalo’ aprovechado por Costinha, ensalzaron la figura del técnico que protagonizó esa singular heroica rumbo a cuartos de final. Fue el principio de la Champions que alzaría aquél Oporto pero también el inicio de la meteórica carrera de su líder, el mismo que mandó a toda su armada al ataque en aquella jugada sobre la hora que arrancó sus primeras gesticulaciones groseras en la zona técnica.

Tan cabreado quedó Ferguson tras aquella escenificación, que apuntó que Mourinho “debería aprender educación antes de salir a Europa”, con lo que arrancó oficialmente la ruta de las granadas que llevan años lanzándose sin mesura cuando tienen opción. La llegada al Chelsea del portugués no ayudó en nada a apaciguar aquellas aguas turbias, porque la arrogancia del primero siguió increpando al ejemplar escocés hasta el punto de sacarle de sus planes honrados y hacerle mostrar la parte más grosera (si es que la tiene) de un técnico que encumbra los más altos rangos del fútbol mundial. Continuos cruces de declaraciones, insultos con el toque de sutileza que evitara sanciones e incluso elogios a aquellos que derribaban a su rival, fueron la constante, sobre todo en sus enfrentamientos previos.

Tan sólo existió una comida en la que ambos compartieron cortésmente mesa y mantel, pero The Special One se encargó de que tuviera su ‘extra’ de morbosidad. Así, al finalizar, aseguró que Fergi “es un gentleman a pesar de que tiene mal gusto para el vino”, por lo que anticipó que invitaría a su homónimo a disfrutar de “una buena botella de vino portugués”. En 2007, cuando a Mourinho le abrieron la puerta de Bridge, Ferguson aprovechó para recordar dicha comida y, al ser preguntado por el luso, admitió estar “dolido” pues se marchaba habiendo dejado una promesa incumplida: “Me duele. Se va sin regalarme la botella de vino portugués que me prometió”, apuntó con ironía.

El sorteo del pasado mes de diciembre les enroló en una eliminatoria con muchísimos detalles que enfrentará a los actuales campeones y líderes de dos de las competiciones nacionales más potentes del planeta. Sus ‘piropos’ ya se encontraron y dejaron ver que más allá de un puesto en cuartos, esta eliminatoria es una revancha que el destino ofrece a Ferguson y una repetición para los burlescos análisis ‘mourinhistas’.

En terreno deportivo, el United llega a Meazza con bajas defensivas que harán jugar a Evans o O´Shea como centrales, un peligro teniendo en cuenta la supremacía de Ibrahimovic, que tendrá una nueva oportunidad de reclamar su caché ante el gran Cristiano Ronaldo, que va cogiendo ritmo y velocidad tras sus molestias. Regresa Rooney y Ferdinand está recuperado, lo que deja a Ferguson todo un arsenal de alternativas ofensivas dispuestas a volver a intimidar a un Inter miedoso en Europa. Al igual que su rival, tendrá un cambio en su línea de zagueros por lesión de Samuel y seguirá confiando, pese a todo, en su esquema sin extremos y en la potencia de Adriano.

Moratti contrató a Mourinho para recuperar el trono perdido hace tantos años y el luso tiene ese martes su primer test para contentar a su mandatario. Para su desgracia, sólo le podrá contentar con goles porque el vino, aquella botella de vino portugués, aún la espera con anhelo el bueno de Ferguson.

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