Histórico
25 febrero 2009Francisco Ortí

El mayo francés del 81

kennedyA través de los años, la Copa de Europa se ha perfilado como un torneo construido a medida de dos equipos que acaparan más entorchados continentales que cualquier otro. Son el Real Madrid y el Liverpool. Entre los dos conjuntos suman 14 orejonas, nueve blancas y cinco reds. La historia de madrileños y merseysiders en la máxima competición continental es tan extensa como exitosa, y, sin embargo, tan sólo se han visto las caras en una ocasión, y hace casi 28 años de ella.

Para los que tengan problemas de cálculo, fue en 1981, concretamente el 27 de mayo. Dos colosos como el Real Madrid y el Liverpool no pudieron elegir un escenario cualquiera para su primer -y hasta la noche de este miércoles último- enfrentamiento: el Parque de los Principes de París y en toda una final de la Copa de Europa.

Los equipos ingleses habían instaurado una hegemonía en la competición ganando las cuatro últimas ediciones (dos en manos del Liverpool y otras dos en las del Nottingham Forest), y por tanto los de Bob Paisley lucían el cartel de favoritos ante un Real Madrid que no había logrado asomar la cabeza en una final en los últimos quince años, y no lo volvería a hacer hasta que en 1998 levantó la Séptima. La final de Paris era una isla en la exitosa trayectoria de los blancos en la Copa de Europa.

Pero el equipo de los García -como era conocido ese Real Madrid- no estaba dispuesto a poner las cosas fáciles a los ingleses. Los blancos llegaban con la moral por las nubes después de eliminar al Inter de Milán en semifinales y tenían metida entre ceja y ceja levantar la séptima Copa de Europa del palmarés merengue. Boskov ideó una defensa al hombre en el que la pieza más importante era José Antonio Camacho, quien no debería separarse ni un centímetro de la estrella Red Graeme Souness. “Recuerdo, sobre todo, las entradas de Camacho a Souness”, comenta el defensa del Liverpool Jamie Carragher.

Fue un partido brusco y feo en el que destacó la genialidad de Juanito -ese hombre que incluso después de su muerte todavía consigue poner en pie el Bernabéu- quien enloqueció al Liverpool. El malacitano fue el mejor de los 22 sobre el terreno de juego como posteriormente reconoció hasta la prensa inglesa, pero no fue suficiente para que la orejona tomara el puente aéreo París-Madrid.

Camacho tuvo la oportunidad de desequilibrar el marcador pero tiró una vaselina poco propia de un jugador de sus características y ésta se marchó por encima de la portería. El partido parecía abocado irremediablemente al empate, hasta que a los 81 minutos se produjo la jugada que todavía hoy atormenta a Rafael García Cortés. “Estoy convencido de que el balón me botó mal”, recuerda el ex jugador del Real Madrid.

Tras un inofensivo saque de banda del Liverpool, el lateral izquierdo Alan Kennedy entró en el área libre de marca, aunque su control fue defectuoso. El balón cayó a los pies de García Cortés que se dispuso a despejar para abortar la ocasión, pero ante la sorpresa de todos sólo contactó con el aire y el balón siguió su curso. Un error en el peor momento. Kennedy aprovechó la pifia para encarar a Agustín y batirle por el primer palo, desatando la locura entre el fondo de graderío donde se había instalado la afición Red.

La Copa de Europa voló a Anfield para coronar una generación histórica para el Liverpool, mientras que García Cortés abandonó el Real Madrid pocos meses después amargado por los imborrables recuerdos de su garrafal error. 28 años después Liverpool y Real Madrid se vuelven a ver las caras, esta vez en unos octavos de final. Alan Kennedy tiene claro quien desequilibrará la eliminatoria: “Ojalá sea Fabio Aurelio, otro lateral izquierdo como yo”

Ficha técnica:

Liverpool: Clemence; Neal, Thompson, Hansen, A. Kennedy, Lee, McDermott, Souness, R. Kennedy, Johnson, Dalglish.

Real Madrid: Agustin; Cortes, Sabido, Navajas, Camacho, Del Bosque, Angel, Stielike, Juanito, Santillana, Cunningham.

Gol: min.81, Allan Kennedy

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