Histórico
27 febrero 2009José Mendoza

Nada es imposible para Apoño y el Málaga

apono

Es un hecho insólito en Primera División. Nunca en la historia, un recién ascendido había sumado 39 puntos en 24 partidos, lo que es sinónimo de objetivo cumplido. Ese equipo es el Málaga, que se ha ganado, por derecho propio, el título honorífico de revelación de nuestra Liga. A estas alturas, está por delante del Atlético de Madrid, ocupa puestos de UEFA y tiene la Champions a dos puntos.

El conjunto andaluz ha sorprendido a todo el mundo. Ni sus propios aficionados podían esperar una campaña tan tranquila. Sobre todo después del horrible balance de un punto y cero goles en las cuatro primeras jornadas. Desde entonces, los hombres de Antonio Tapia no han parado de crecer. Su confianza ha ido en aumento y, con un juego ofensivo y muy vistoso, se han convertido en uno de los grandes animadores de esta Liga.

Diferentes factores se han unido para que este club, que acaba de salir de un proceso concursal, sea una de las sensaciones de esta Liga. Empezando por Antonio Tapia, en cuyo currículum contrastaban dos ascensos a Segunda A con varios ceses, y acabando en jugadores expertos que viven una segunda juventud como Duda, Albert Luque o Salva Ballesta.

En medio nos encontramos con otros que llegan a Primera con ganas de hacerse un hueco y de comerse el mundo, como Eliseu, Goitía, Baha, Adrián o Jesús Gámez. Pero sobre todos ellos brilla un mediocentro de apodo peculiar al que ya se le empieza a reclamar un hueco en la selección absoluta. Es Antonio Galdeano Benítez, más conocido como Apoño.

Para él, la criba que se ha impuesto últimamente entre los medioscentros sorganizadores y los destructivos no existe. Apoño sirve para todo. Defiende y roba balones, los distribuye, tiene capacidad para dar el último pase y, además se incorpora con peligro desde segunda línea. Su fuerte carácter ha provocado que apenas le afecte la presión de jugar en Primera. Prueba de ello son los cinco lanzamientos de penalti que ha transformado sin fallo.

Con 25 años, le ha llegado tarde el protagonismo. Es un ‘rara avis’ en nuestro fútbol al que le ha costado llegar a la élite. Es el gran ejemplo de que también se puede triunfar en Primera escalando peldaño a peldaño desde el subsuelo de nuestro fútbol.  Salió de la cantera del Málaga pero, en edad juvenil, tuvo un conflicto con el entrenador y se marchó. Le recogió el San Pedro, de Tercera y de allí, con 20 años se fue al UD Marbella de Segunda B, donde se hizo indiscutible.

Entonces apareció en su vida Juan Ramón López Muñiz, que ha hecho de padrino del jugador. El actual técnico del Racing de Santander fichó entonces por el Marbella y, un año después, se lo llevó de la mano al Málaga. A Apoño le costó adaptarse a la nueva categoría, pero Muñiz fue dándole confianza poco a poco. y acabó siendo decisivo para el ascenso a Primera.

Pero los obstáculos en el camino de Apoño no acaban ahí. Este verano estuvo a punto de salir rumbo al Alavés a cambio de Astudillo pero, por fortuna para el Málaga, la operación no fructificó. No le ha costado amoldarse a Primera, prueba de ellos son los siete goles que suma. Ahora el Málaga juega al ritmo que marca Apoño. Ambos crecen de la mano y nadie sabe donde está su límite.

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