Histórico
26 febrero 2009José Mendoza

El Deportivo y sus noches mágicas

Era el 7 de abril del 2004. Vuelta de los cuartos de final de la Champions League. El todopoderoso Milan jugaba en Riazor. Una ventaja de 4-1 en San Siro hacía que los Kaká, Shevchenko y compañía llegaran confiados. El Deportivo de La Coruña sabía que estaba ante su última gran oportunidad de alcanzar las semifinales, pues los derroches económicos de la época dorada ya se empezaban a sentir.

Molina; Manuel Pablo, Naybet, Andrade, Romero; Víctor, Mauro Silva, Sergio, Luque; Valerón y Pandiani fueron los hombres elegidos por Javier Irureta. España entera se vistió de blanquiazul y Riazor llevó en volandas al Deportivo. Pandiani dio esperanzas a los cinco minutos, Valerón, de cabeza, acercaba la remontada y Luque, al filo del descanso, la firmaba. El 3-0 era suficiente, pero Fran hizo el cuarto a quince minutos del final.

Aquel día, el Deportivo escribió la mejor página de su historia. Lástima que el Oporto de Mourinho se cruzara en su camino. La eliminación en semifinales fue un duro golpe pues, después de eliminar al gran favorito, los gallegos soñaban con ganar el título.

Esa semifinal era la justa recompensa por las grandes aventuras europeas que protagonizó el Deportivo a principios de siglo. Cinco años seguidos de Champions y sin pasar desapercibido. En todos ellos, menos el último, pasó el conjunto gallego de la primera fase.

Era la época dorada del Deportivo, que era considerado el cuarto grande de España. Jugadores como Djalminha, Valerón, Makaay o Tristán brillaban con luz propia. Antes de esa semifinal, el conjunto gallego ya había llegado en dos ocasiones a los cuartos (en el 2001, ante el Leeds, y en el 2002, ante el Manchester United).

En esos años se fraguó el espíritu de Riazor. El estadio del Deportivo no es, en número de aficionados, de los mayores de Europa, ni tan siquiera de España, pero en las grandes citas empujaba y presionaba sobre el rival como el que más. No es de extrañar, pues, que los equipos más potentes de Europa sucumbieran ante la fuerza de Riazor. A ese fenómeno se le denomina como las ‘noches mágicas de Riazor’.

Especialmente recordada es la remontada ante el PSG enla Champions League del 2001. Era la primera fase de grupos, y el Deportivo necesitaba una victoria para clasificarse a la segunda fase (octavos de final). El conjunto francés, con un joven Arteta en sus filas y Luis Fernández en el banquillo, se pusó con 0-3 de ventaja, pero el Deportivo se resistió a caer de esa forma en su primera participación y remontó. Pandiani, a base de cabezazos, hizo un ‘hat-trick’ que le valió para ganarse un sitio en el corazón de los deportivistas.

En esos cinco años seguidos de Champions cayeron equipos como Manchester United, Arsenal, Juventus, Milan o Bayern de Munich. De los mejores de Europa, sólo se resistió el Liverpool en el 2005, año en el que acabó saliendo campeón.

Ese año 2005 fue el último del Deportivo en la Champions y el único en el que no se clasificó para la segunda fase. Desde entonces, tal y como se veía venir, las ataduras económicas han ido afectando el nivel del equipo. Y es que Lendoiro se emborrachó de éxito y formó plantillas demasiado grandes con fichas muy altas y contratos demasiado largos.

Pero, tras unos años de penitencia, el Deportivo ha vuelto a Europa por medio de la Copa de la UEFA. De aquellas temporadas gloriosas aún resisten Manuel Pablo, Sergio y Valerón. Esta noche, el Deportivo necesita remontar al Aalborg un 3-0 para pasar a octavos.

En la previa ante el Brann, Colotto y Aranzubía ya homenajearon a Pandiani y a Molina para remontar un 2-0 de Noruega. De Guzmán, Lafita y Bodipo no son Mauro Silva, Djalminha ni Tristán, pero esta noche necesitan vestirse como ellos para hacer que Riazor rememore sus noches mágicas.

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