Le venía comentando a mis compañeros en cada uno de los ‘corrillos’ sobre
Inglaterra no perdió su pase a
El ya cesado McClaren, que se atrevió incluso a no dimitir tras el evidente desastre (hay que tener valor), no es el único culpable. El llegó porque
Sí, porque Inglaterra no sólo se ha dejado puntos imperdonables ante Macedonia en Old Trafford (0-0) o ante Israel (2-1), sino que cuando de verdad ha tenido que sacar aquella conducta que se le supone como ‘gigante’, no ha sido capaz. No lo hizo ante el frío ruso y terminó abrasado y, desde luego, no lo demostró cuando sólo dependía de sí mismo ante una Croacia ya clasificada. Muchas bajas (Owen, Terry, Rooney) a lo largo de su camino, mermaron aún más la fortaleza de un grupo que nunca creyó en su salvación. McClaren accedió a todas las peticiones de su prensa (Bechkam, el dúo Lampard-Gerrard), pues no quería enemistades, pero mostrándose falta de carácter.
Ahora se habla de nuevo de Mourinho, de Scolari o de Capello, o lo que es lo mismo, de llevar a las islas lo que ellos mismos admiten que les falta, competitividad. Tienen toda la capacidad económica a su disposición, pero siguen dejando que los ‘foráneos’ que ahora tanto discuten en su Premier, les vengan a solucionar sus debilidades. Se saben fuertes por marketing, por jugadores (a mi juicio muy sobrevalorados) y por fuerza de su campeonato, pero entierran sus principios, su historia y ese arcaísmo que siempre les fue de la mano.
Mal arrancarán las cosas si tan sólo 24 horas después del desastre se habla de lo pésimo que es McClaren y el resto, muchos más de los que se imaginan, se limpian las manos en unas libras que, por primera vez en 23 años, no estarán representadas en