Su inspiración, un soplo de aire fresco dentro de la poca pegada que ya hemos mencionado en la albiceleste, revolucionó la cita muy al inicio, lo que tranquilizó a un cuadro que salió con mucha tensión y carácter al partido y terminó engullendo a remates al pobre Rojas, que se llevó media docena, pero pudieron ser muchos más. La aparición de Di María en media cancha otorgó mucho más balón a Hugo Moralez, que anotó un tanto y volvió a ser la manija, con lo que el choque fue un monólogo argentino con once ‘vinotintos’ de excepción. Éstos, sólo encontraron en las faltas, la manera de parar el aluvión, y terminaron con 8 jugadores.
Mouche se reveló con un hat trick (uno de disparo con colocación, otro demostrando su llegada y el último en un soberbio lanzamiento de falta) y Argentina, con todas las de la ley, se jugará el todo por el todo con Uruguay en la última jornada. ¿Alguien quería más morbo?
Unos minutos antes, Colombia sellaba casi de manera total su pase a la siguiente fase en un partido con dos caras bien distintas. Una, la de una primera mitad con muchas imprecisiones y marcada por la lucha, sin dueño, en el mediocampo, la otra, sencillamente llena de ‘magia’, la que se inventa el ‘Mago’ Pino.
El diez ‘cafetero’ estuvo esperando su oportunidad en el banquillo, pero en la segunda mitad, cuando Colombia se decidió a ir a por el partido, la presencia del mediapunta de Independiente de Medellín, trastocó el guión. Primero dejó destellos (algunos de ellos más para la galería que para bien), pero de pronto, surgió la jugada de la noche y una de las del torneo. Agarró la pelota hacia el centro, buscando hueco entre los rivales y desde unos 25 metros se sacó un potente disparo que sorprendió hasta al realizador, para coronarse como una de las ‘obras de arte’ del campeonato.
No paró allí, porque cinco minutos después lo intentó casi clavando la acción anterior, pero con peor remate. Ecuador también las tuvo en el último tramo, pero Caicedo y la mala suerte, dejan a la ‘Tri’ casi desahuciada. Colombia sigue adelante y dependerá, en buena parte, de la eficacia de su ‘Mago’ particular.
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