Histórico
29 mayo 2006Jose David López

Excesiva amistad

Decenas de partidos pre-mundialistas sacuden estos días la actualidad futbolera. En la mayoría de los casos es irremediable que los conjuntos jueguen a tope dando el máximo en cada balón pues las pérdidas pueden ser demasiado importantes. Francamente estos “entrenamientos” con mucho público sirven para más bien poco desde el punto de vista del espectador, que poco juego pueden ver si los que “andan” tras el balón tiene un respeto tan grande hacia posibles lesiones.

Los que sí toman buena nota son los seleccionadores que más que en los partidos en sí, en los entrenamientos pueden ver las verdaderas condiciones físicas de sus seleccionados. Buscar el mejor esquema para tus ideas de fútbol, intentar ponerlas en práctica con los hombres más adecuados y saber el ambiente del “grupo” suelen ser las principales referencias que se toman antes y durante las concentraciones. Para el espectador de calle, que tiene la elástica ya bien colgadita en el armario estos partidillos consiguen calmar, en parte, las ansias mundialistas.

Así, a los ejemplos me remito. No sólo España dejó dudas tras el empate sin goles ante una selección rusa que no estará en la cita, Holanda, Suecia, Serbia, e incluso la anfitriona Alemania salieron con algún fantasma tras sus primeros ensayos.

La renovada Holanda de Van Basten comenzó fulgurante, con la velocidad que siempre tuvo y mantiene en hombres como Van Persie o Robben, ambos bien abiertos en banda. Van Nystelrooy acudió a su cita con el gol y pudo sumar más pero Camerún se hizo con la pelota y todo se vino abajo. Los africanos dieron bastante mala imagen pero con mantener la posesión en la segunda mitad dejaron “k.o.” a unos “oranges” incapaces. Llamó la atención los pocos y tardíos cambios de Van Basten, lo que parece indicar una acusada falta de banquillo, o al menos falta de credibilidad en quienes lo ocupaban.

Serbia y Suecia empataron frente a Finlandia y Uruguay respectivamente pero ambos dejaron una falta de creación muy acusada. Los suecos, aún si Larsson, no lograron meter su ritmo a un débil conjunto finés y deja dudas sobre el estado de varios de sus internacionales. Zlatan debe tirar del carro. Serbia por su parte vio como en el último cuarto le empataban el partido pero hasta entonces poco o nada positivo se había visto en el “pequeño Maracaná”. Djorjevic sigue siendo el jefe de un combinado que lo tendrá complicado.

Lo que no tiene comparación ninguna es lo de Alemania, siete goles que no callaron a su exigente público, bien es cierto que ante Luxemburgo y en casa. Siguen sin un patrón fijo que innove, juegan a rachas y con más corazón que cabeza. La presión les puede salir demasiado cara a los hombres de Klinsmann.

Otras como Francia, Costa de Marfil, Suiza, mostraron al menos un mayor grado de intensidad ante conjuntos de más peso específico.

Mejor que pasen los días para evitarnos sufrimientos y alguna que otra “pachanga”. Sólo faltan 11.

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