Histórico
12 mayo 2006Jose David López

El “sueño africano” hecho realidad

¿Qué es el Beveren?

A simple vista no dice gran cosa, un equipo de media tabla en la poco valorada Jupiter League de Bélgica y a la sombra de los grandes del país, y en cierta medida es la realidad. Brujas y Anderlecht le eclipsan pero ninguno de ellos tiene una historia tan singular que contar.
El Beveren ha ganado dos campeonatos ligueros y dos copas, todas ellas en las dos épocas doradas del club allá por finales de los 70 y mediados de los 80 donde sí era un equipo muy a tener en cuenta dentro del país con algún jugador clave en la historia del deporte rey.
Dentro de estas viejas glorias hay que destacar sin ninguna duda a Jean Marie Pfaff, considerado el mejor portero belga de todos los tiempos y uno de los mejores de toda la historia, todo un “parapenaltis” que forjó la historia del club con el que ganó la liga y copa de 1979. Después se marchó al Bayern de Múnich.
Pues bien, los tiempos han cambiado y hoy el Beveren es la cuna europea para decenas de jóvenes valores marfileños que llegan al club soñando no sólo con levantar títulos sino con demostrar a los suyos que el fútbol no tiene fronteras. El “experimento” no está saliendo mal ni mucho menos puesto que son el principal atractivo de la competición con su velocidad y contragolpes al más puro estilo africano aunque esta campaña los objetivos han sido menores. Su planteamiento es puro espectáculo y sin ir más lejos hace dos años llegaron a la final de copa tras vencer al Anderlecht.

El artífice del cambio

Para llevar a cabo este complicado mecanismo hay que nombrar a Jean-Marc Guillou, este técnico francés que como jugador disputó el mundial de 1978, un día marchó a Costa de Marfil y se hizo dueño de todo lo relacionado con el balón. Su poder aumentó mucho y como buen ojo para cazar futbolistas no le falta, creó una auténtica escuela en la ciudad de Abidján, la conocida Sol Béni, donde cada día se entrenaban los pequeños marfileños con intención de ir creciendo en sus grandes habilidades y soñar con dar el salto a Europa.
Guillou más tarde se haría cargo del equipo de la ciudad, el ASEC de Abidján, con lo que sus aspiraciones y conocimientos del fútbol africano y marfileño en particular crecieron como la espuma.
Pues un día Guillou retornó a Europa y en la temporada 2001/02 se hizo con la dirección técnica del Beveren. El galo, que mantenía aún el mando de las escuelas en África, se aseguró acuerdos y pactos institucionales con el club marfileño lo que pronto originó cambios. Casi nada más pisar suelo belga el técnico se trajo a varios de sus jóvenes valores con él lo que supuso el desembarco año tras año de nuevos marfileños con la opción de despuntar en Europa y sin la presión de un equipo grande.
El cupo ha ido en aumento cada año y en la actualidad quince de los veintitrés jugadores que forman la primera plantilla se formaron en las escuelas marfileñas del técnico galo. Todos conocen la finalidad de este “método”, el club pone su césped y sus medios, los importa jóvenes y si no dan el resultado esperado o no sale ningún comprador tras una o dos campañas se les devuelve a su país. La totalidad de los contratos son como mucho de dos temporadas para asegurarse mayor facilidad de venta y que el jugador de el todo por el todo para ganarse su futuro en otro club, por lo que todos salen ganando ya que deportivamente las cosas marchan y en lo económico las ventas están aseguradas.
A día de hoy, Guillou ha puesto fin a su relación con el club belga para centrarse en Madagascar y Tailandia, en donde ha empezado de cero con una nueva hornada de muchachos, de quienes se esperan idénticos éxitos. Desde luego que motivación no le falta.

Los beneficiados

Cuando un señor como Guillou hace un trabajo tan espectacular como el mencionado siempre hay alguien que a la larga sale claramente beneficiado de ello. No obstante el más agradecido es sin duda la propia selección marfileña que le debería dar gracias eternas al bueno de Guillou.
Si los Elefantes han podido reservar el histórico pase al mundial de Alemania, se lo deben en gran medida a una excepcional generación de futbolistas formados en su mayor parte en la Academia de Jean Marc Guillou. De esta promoción tan abultada destacan Aruna Dindane, Kolo y Yaya Touré, Didier Zokora, Arthur Boka, Blaise Kouassi, Barry Copa, Yapi-Yapo entre otros.
Después de jugar y progresar juntos durante tantos años, estos jugadores están meticulosamente cultivados para florecer en tierras germanas con el calor veraniego y unidos a Drogba, que se salvó “in extremis” de este proyecto, prometen más que buenas tardes a sus aficionados.
Otro de los que se han sacado un buen pellizco gracias al Beveren es el Arsenal. El conjunto inglés tiene firmado hace varios años un pacto de cooperación por el que en caso de que algún jugador del club belga destaque serán los ingleses quiénes tengan la prioridad para un traspaso, lo que pasó por ejemplo con Kolo Touré o con Eboué (en la foto) esta misma temporada . A su vez los Gunners ceden a algunos de sus valores al propio Beveren como ha hecho con el letón Stepanovs o Tavlaridis.
En general todos los clubes sacan algo en favor con esto ya que algunos de estos jugadores también están saliendo como “churros” hacia países con menos presión futbolística véase Rusia o Ucrania. En la cara opuesta están equipos como el Athletic de Bilbao que mantienen a sus propios canteranos rompiendo las bases del mercado internacional… ¿Que pensarían de esto en Lezama?

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